Estoy tan cansada de sufrir, tan harta de seguir enamorada de quien no debo. Es como si no supiera elegir otra cosa en mi vida más que dolor, porque para colmo de males soy extremadamente sensible y lo que a una persona promedio le pega de una forma a mi se me potencia por diez. Ayer, todas las ilusiones con las que vengo cargando desde hace un tiempo terminaron de hundirse. Y esta vez con la certeza de que es así. Con la plena seguridad de que me volví a quedar enteramente abierto ante alguien que pasó de largo frente a mi vida. La posibilidad de que eso pasara existió siempre, y tal vez por eso la alargué tanto. Pero algún día tocaría fondo y ese día decidió llamarse Viernes.No me arrepiento de un solo sentimiento de todos los que tengo atravesados en la garganta, y cuando supe lo que sentías por mi se me abrió el pecho en dos, en medio de una felicidad cargada de tristeza. En medio de una contradicción enorme, porque... ¿cómo puedo estar contenta de que me querés si al mismo tiempo me dejás del otro lado de la puerta?.¿Qué hago con los besos que tenía guardados? ¿Dónde descargo los abrazos que ahora quedaron en el vacío? ¿A quién le pido que me de la mano para intentarlo? ¿En qué rincón deposito todas mis caras para mostrarte quien soy? ¿En qué sillón anido tu cuerpo encorvado junto al mío? ¿En qué piel deposito mi sudor? ¿En dónde guardo tu foto impresa?.¿De qué me sirve que me quieras tanto si no puedo disfrutar de eso?.Se terminaron los días de esperanza, de imposibles. Hoy vuelvo a quedar varado en el mismo rincón de siempre, e incluso no sé si retrocedí. Ver cómo la historia de mi vida se repite una y otra vez no sé si no es señal de algo. Ya no sé qué interpretar cuando me pasan cosas así. Lo único certero es que cada vez que me deshago de las armaduras con las que cargo siempre, la otra persona no lo hace, y me quedo a mitad de camino. Totalmente a la deriva.¿Todo para qué? Para evitar sufrir y terminar haciéndolo inevitablemente. Ya no hay manera, la soledad se hace evidente en mi presente y que yo quiera seguir evitándola es ir directo al sufrimiento sin escalas. Tal vez sea hora de renunciar a siquiera intentarlo. Tal vez vaya siendo hora de aceptarme sola y no bien correspondida.Lo único que me queda de toda esta historia partida a la mitad, es la misma esperanza que tengo desde el primer día en que te descubrí. Espero (no tan sinceramente)que alguien sea capaz de ir mas allá, de traspasar ese inquebrantable muro de seguridad en el que creés estar. Y aunque sería necio no admitir que me gustaría que esa persona fuera yo, te digo que espero que sea quien tenga que ser.Por si acaso te sigo entregando mis oídos, mis ojos, mis silencios y hasta mis estúpidas palabras. Ya no buscando esa ilusión que perseguí todo este tiempo, esa osadía de creer que la vida esta vez estaba de mi lado, sino más bien esperando estar con vos el tiempo que haga falta hasta que alguien realmente te conmueva y te deje sin una sola excusa en tu haber.Porque te sigo queriendo, porque aunque las cosas no salgan como las deseé a mis sentimientos no los cambia nadie. Y quiero ayudarte en lo que esté a mi alcance, aunque el mundo me tilde de masoquista, aunque las cosas no vayan a salir nunca bien para mi.¿Cómo puedo renunciar a intentar hacerte bien si fuiste vos quien me cambió el color de todas las cosas en este último tramo de mi vida?. Yo no me lo olvido, y si la esperanza se desvaneció, no se desvanecieron las ganas de que llegues a lo inalcanzable. De que le des a alguien más todo, absolutamente todo lo que sé que tenés para dar. Quien merezca estar con vos.Te extraño. Te extraño aunque sigas estando alrededor. Te extraño aunque nos sigamos manteniendo en contacto. Te extraño aunque me tengas presente. Te extraño y me pesa la noche. Y ya estoy extrañando la inspiración que se voló junto a la ilusión. Toda la magia que se dejó entrever en tus silencios. Te extraño, sin haberte dejado de extrañar nunca. Te extraño tanto que me extraño a mi. Extraño el mirarme al espejo y creerme capaz. Extraño haberme sentido invencible. Extraño haberme dado una oportunidad a mi mismo. Extraño sonreírle a cada ser humano. Extraño mis días de optimismo. Extraño la magia que desprendí pensando en vos.

Te extraño, y me extraño a mi siendo feliz.